Hasta 120 adolescentes se controlan mensualmente en el Programa Espacios Amigables del consultorio Juan Damianovic. Esta iniciativa busca contar con espacios protegidos destinados a la realización de acciones promocionales y preventivas, en horarios de atención adecuados y salas de espera diferenciadas, resguardando así la privacidad y confidencialidad de los jóvenes.
La pandemia y las restricciones sanitarias han implicado un tremendo desafío para mantener la atención. En el primer año de la contingencia sanitaria el equipo de los Espacios Amigables se han tomado las redes sociales, para acercar a los jóvenes material preventivo y realizar controles remotos. Sin embargo, bajó la cifra de atenciones y es que muchos adolescentes no contestaban el celular pensando en que eran funas. Por ello en Fase 4 han buscado retomar la atención presencial, y en sólo tres meses han logrado hacer las mismas atenciones que en pandemia.
La enfermera del programa, Camila Cárdenas Moreira, señaló que previo a la pandemia, el equipo iba a los colegios a realizar las pesquisas, pero con la irrupción del Covid se realizaron controles remotos, que complicó la llegada con los jóvenes. Ahora han aumentado los controles de salud mental.
Por su parte, la matrona Carolina Cruz, señaló que “todos vamos al consultorio cuando nos pasa algo o cuando nos duele algo, pero existen enfermedades que son silenciosas como la diabetes o la hipertensión que no generan síntomas. Hemos tenido niñas de 13 años con hipertensión con 150/100, con obesidad mórbida, eso es lo que tratamos de pesquisar”.
Añadió que cada adolescente es un caso particular y depende de los factores de riesgo, las derivaciones que se hagan. “Somos un equipo multidisciplinario, y derivamos a nutricionista, psicólogo y a médicos generales. No sólo es prevenir el embarazo adolescente, sino que hay que prevenir el VIH y las infecciones de transmisión sexual, que se ven poco porque se diagnostican, pero no han dejado de existir”.