Las listas de espera, el aumento de las brechas de recursos humanos y el desgaste de los equipos de salud son las consecuencias más visibles que tuvo la pandemia del Covid-19 que este año impactó de manera trasversal cada uno de los aspectos de la atención de salud.
Las primeras medidas llegaron desde el Hospital Clínico de Magallanes, en que se restringieron todas las visitas a pacientes hospitalizados y se suspendió la atención ambulatoria, para destinar todos los esfuerzos a combatir la pandemia. De la misma manera, los funcionarios de Salud dieron batallas importantes, entre ellas la implementación de los laboratorios para que el análisis del examen PCR se pudiera hacer a nivel regional, la ampliación de camas de cuidados intensivos y los protocolos de seguridad, y la atención por telemedicina.
La capacidad de atención en los recintos hospitalarios de Punta Arenas y Natales se incrementó en un 400%. Además, hay vigentes 12 residencias sanitarias para facilitar el cumplimiento de los aislamientos y las cuarentenas.
Tras meses de pandemia, los funcionarios de los centros asistenciales advierten del desgaste y es que por meses han estado trabajando de manera muy exigida. Además han debido entregar apoyos a nivel social, asumiendo muchas veces otras funciones que fueron más allá de lo clínico.