Como medida para revertir las condenas ilegítimas impuestas por los Consejos de Guerra durante la dictadura, un grupo de 20 personas entonces condenados en estos tribunales, pertenecientes a las agrupaciones Nuestra Madre Grande y Orlando Letelier presentó recursos de revisión firmados este martes con el fin de eliminar las sentencias recibidas en dictadura.
Los participantes agradecieron la presencia de autoridades, así como criticaron el negacionismo que se ve manifiesto en los discursos de distintos sectores y que se ha polarizado aún más estos últimos años. A su vez, manifestaron la necesidad de seguir poniendo en la palestra la injusticia y revertirla mediante mecanismos como el que los convocó.
Cuando aún cursaba estudios en el Liceo de Niñas de Punta Arenas, Rosa Lizama Barrientos fue detenida el 26 de octubre y llevada a Consejo de Guerra el 21 y 22 de noviembre de 1973, frente a una decena de militares, abogados y otros presos que fueron parte del proceso en Magallanes. Hoy, firmó este mecanismo que para ella significa “recobrar dignidad, decir que todo eso fue mentira”, señaló Rosa Lizama.
“Tenía 16 años cuando me trajeron acá (a la ex cárcel pública, en calle Waldo Seguel), no correspondía porque era menor de edad, pero tampoco había ningún recinto para menores de edad. Por tanto estuve aquí seis meses con puras mujeres adultas”, rememoró Rosa de la experiencia de aquellos años. Mediante este recurso, presentado 50 años después de sus trágicas vivencias, “se busca demostrar que lo que dijeron que habíamos hecho hace 50 años, no era cierto. Y no era cierto porque no tienen ninguna prueba. No tienen ninguna prueba de que después del día del golpe nos hayamos siquiera juntado”.
Fernando Lanfranco Leverton era estudiante de Ingeniería en Petroquímica de la Universidad Técnica del Estado cuando un 10 de octubre de 1973 fue sacado de clases y trasladado al Regimiento Cochrane. Este año, la Corte Suprema acogió un recurso de revisión y decretó la absolución de Lanfranco por su sentencia en este Consejo de Guerra.
El delegado presidencial regional, José Ruiz Pivcevic, resaltó la relevancia de estos actos de reparación, como también hizo hincapié en la ausencia de dos bandos necesarios para hablar de guerra, sino que “hubo una persecución de militantes de un proyecto político como lo fue la Unidad Popular”.
FUENTE: LA PRENSA AUSTRAL.