Es una persona con “bajo control de impulsos”, fue una de las conclusiones del informe de la psicóloga del Departamento Criminológico de Investigación Forense del Instituto de Criminología de la Policía de Investigaciones, Dayana Guzmán, respecto del oncólogo acusado de cometer un presunto abuso sexual en contra de una paciente enferma de cáncer, de entonces 49 años.
Ayer el fiscal de la causa, Fernando Dobson Soto, terminó de rendir su prueba, testimonial, pericial y documental, en la cuarta jornada de juicio oral en contra del connotado profesional, que no sólo enfrenta esta acusación sino que tiene otras en Santiago.
Una historia que en Punta Arenas salió a la luz pública en junio del año 2019, cuando el Ministerio Público inició la investigación en contra de este médico por “conductas impropias” con paciente postrada. En ese tiempo prestaba servicios en el Hospital Clínico y el Servicio de Salud Magallanes se vio en la obligación de suspenderlo de sus funciones.
La Fiscalía abrió esta investigación por la denuncia de una mujer enferma de cáncer en contra del oncólogo y ex director del Centro del Cáncer de Clínica Las Condes, responsabilizándolo de actos indecorosos durante una visita domiciliaria.
En Santiago ya era investigado por un presunto abuso sexual cometido a fines de diciembre de 2017. Y en enero de 2019 fue formalizado en el 4º Juzgado de Garantía de Santiago por el delito de abuso sexual.
Las circunstancias de los hechos eran similares a la denuncia de la paciente de Punta Arenas.
En esa época Jorge Bofill, el mismo abogado que hoy representa al facultativo en Magallanes, negó los hechos, tildándolos de “inverosímiles”.
Ahí se decía que una enfermera habría sorprendido al facultativo en “conductas impropias” con una paciente de 60 años, en una de las habitaciones de la clínica.
De ahí la atención judicial se centró en la nueva denuncia. Esta vez en la tierra natal del médico, igual por actos indecorosos cometidos presuntamente con una mujer que padecía un cáncer en etapa 4.
Nuevamente fue Bofill quien en junio de 2019 respondió a La Prensa Austral sobre este hecho: “no tenemos antecedentes de la denuncia. No conocemos el caso, y es a lo menos sospechoso que aparezca una denuncia cuando el doctor ganó un juicio laboral por despido injustificado de Clínica Las Condes”.
Perito
En Punta Arenas este caso llegó a juicio oral. Ayer el fiscal terminó de presentar toda su prueba, a través de la cual espera que el Tribunal Oral dicte veredicto condenatorio.
Lo propio comenzó a hacer el equipo de abogados que defiende al facultativo. Partió con introducir documentación y hoy podrían declarar algunos peritos. Y para el final, la defensa presentaría la declaración de su defendido. El lunes o martes podría estar concluyendo este juicio oral.
Conclusiones de peritaje
El trabajo de la psicóloga del Departamento Criminológico de Investigación Forense del Instituto de Criminología de la PDI, Dayana Guzmán, ha estado presente en una veintena de pericias que le han solicitado. Incluso en algunos casos de connotación pública, como el de Martín Pradenas; el llamado psicópata de Copiapó y de Humberto Baeza, más conocido como Tito Fernández, “El Temucano”.
Dentro del análisis criminológico forense la profesional levantó ciertas hipótesis, a partir del origen de la denuncia de la mujer en contra del oncólogo.
Lo primero era establecer si los hechos eran falsos. Esto lo descartó al no observar aspectos gananciales con la denuncia, así que esta hipótesis perdió fuerza.
Lo segundo era ver si esta era una denuncia asociada a una interpretación errónea de los hechos. Lo que también descartó la perito, “al no existir elementos que le den fuerza a esta hipótesis”.
Y tercero establecer si la denuncia estaba basada en hechos reales. “Dentro del análisis de la carpeta no existe ningún elemento que le reste factibilidad situacional a que el hecho hubiese ocurrido de la forma en que ella lo narra”.
Modus operandi
Le pidieron vincular el caso de Punta Arenas con el informe criminológico de las causas que la Fiscalía de Las Condes investiga en contra del mismo médico.
“Se pudo pesquisar que existía una similitud entre el modus operandi desplegado en alguno de esos casos”.
Hay una en particular, y que tiene que ver con el contexto hospitalario. Examinaba a las víctimas en una sala a solas, posicionándolas frente a una camilla decúbito ventral, comenzando a tomarlas provocando la excitación.
Además se releva que existen similitudes en cuanto al perfil de las víctimas. “En este sentido también eran pacientes oncológicas”.
“Desde lo emocional se desprende una falta de empatía con su víctima, tendiendo en consideración la vulnerabilidad en que se encontraba y de alguna manera aprovechándose de eso frente a la enfermedad terminal”.
“Y finalmente también se releva el bajo control de impulsos en la esfera de la sexualidad que el imputado mantendría. Esto se ve en que frente a la irrupción de estos impulsos él tiene la necesidad de satisfacerlos de forma inmediata. Incluso frente a la posibilidad de ser descubierto realizando estas acciones”, concluyó la perito Guzmán, quien comparó este caso con los aproximadamente nueve denuncias en investigación en Santiago.
FUENTE: LA PRENSA AUSTRAL.
