Cementerio de Punta Arenas: los bellos mausoleos que esconden un genocidio en el fin del mundo

En Punta Arenas existen dos memorias paralelas: la oficial, que honra los apellidos de los latifundistas en calles, plazas y edificios; y la "popular", que rechaza el genocidio contra el pueblo Selknam y repudia la violencia ejercida por los colonos.

Considerado uno de los camposantos más bellos de todo el mundo, el cementerio de Punta Arenas guarda tras sus elegantes mausoleos recuerdos y olvidos de otros tiempos que ha llevado a numerosos expertos a insistir en la necesidad de una revisión histórica.

Y es que ante la ausencia de tumbas y lápidas de hombres y mujeres de los pueblos originarios, que durante siglos habitaron la región más austral del planeta, se contraponen los lujosos panteones de las familias que colonizaron esas tierras, cambiaron su economía y costumbres y, según diversos historiadores, facilitaron e incluso participaron en el genocidio del pueblo Selknam.

“Los pueblos originarios fueron diezmados por varias razones: malos tratos, violencia, enfermedad y en el caso de los Selknam, está documentado que lo que ocurrió fue un genocidio”, dijo a EFE el historiador José Luis Alonso.

“Persecuciones, robo de niños, traslados forzosos de población, cambio de nombres, prohibición de hablar su propia lengua… todos los supuestos del concepto genocidio se cumplen en el caso de los Selknam”, asegura en referencia a uno de esos periodos negros de la historia que se prolongó desde 1875 a

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