Una vecina de Avenida Eduardo Frei con General del Canto recuerda haber escuchado un auto que pasó “soplado” la mañana del domingo y pensó de inmediato que chocaría en la esquina. Unos segundos más tarde, su presagio se cumplió, y salió de su casa temprano para prestar atención a los afectados. “Nosotros fuimos de los primeros en llegar, asistimos al caballero (conductor de un Suzuki) porque había golpeado su pecho contra el volante y decía no sentir sus piernas”, comenta Ana Alvarez.
El caso al que hace referencia Alvarez fue un violento choque ocurrido en Avenida Eduardo Frei con calle Teniente Serrano a las 7,20 AM. Mientras Rolando Andrade esperaba el verde del semáforo, fue chocado fuertemente por un Mazda Demio a toda velocidad, desplazándolo hasta 40 metros de donde se encontraba detenido.
La conductora del Mazda, identificada como Katherine Villegas Godoy, manejaba en estado de ebriedad y sin licencia de conducir. Además de no prestar ayuda o atención al accidentado, se dio a la fuga y fue detenida casi tres horas más tarde, a las 10,30 por Carabineros.
“En el vehículo de la persona que se había dado a la fuga, funcionarios observaron en el piso del asiento una cédula de identidad que coincide con la imputada”, contó la fiscal Katerina Aranis, sobre el trabajo de Carabineros. Se revisaron cámaras de seguridad del sector, de lo que se obtuvo un video que da cuenta de la dinámica del choque, lo cual fue presentado como evidencia.
Con toda la información recopilada se acudió al domicilio de la imputada, para detenerla, momento en el que ella manifestó espontáneamente “la cagué, es el carrete más caro de mi vida”.
Luego de no dar lugar a la ilegalidad de la detención como lo planteaba la defensa, argumentando que se habría extendido el plazo de detención posterior a las 24 horas afectando la libertad personal de la imputada, se determinaron las medidas cautelares de arresto domiciliario total, por los delitos consumados de manejo en estado de ebriedad, agravado por no tener licencia y darse a la fuga.
FUENTE: LA PRENSA AUSTRAL.
