Donde antes había gigantes de hielo, ahora hay fiordos: gota a gota, el campo de hielo más austral de Suramérica acelera su deshielo y destruye unos paisajes que fueron documentados por un joven Charles Darwin en su primer viaje por Tierra del Fuego en 1832 y que le ayudaron a hilar sus teorías científicas.
“Los glaciares se extienden desde las montañas hasta el borde de las aguas. No puedo imaginar nada más hermoso que el azul berilo de esos glaciares, especialmente cuando se contrasta con la nieve”, escribió Darwin (Reino Unido, 1809-1882) en uno de sus diarios sobre su paso por el canal Beagle, en pleno Cabo de Hornos.
Publicado por Florencia Ortiz
La información es de Agencia EFE
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