El dirigente gremial Andrés Gader expresó que “hasta el momento, desde el gobierno, nos han llegado noticias muy lindas, muy alentadoras, pero en la práctica no ha ocurrido nada real ni concreto”
El despido de personal, cierre de establecimientos y un futuro incierto enfrenta el comercio natalino que se ha visto afectado por las medidas que se han debido implementar para enfrentar la pandemia del coronavirus.
Los problemas se arrastran desde octubre del año pasado con el denominado “estallido social” lo que sin duda se agravó con la llegada del coronavirus y las medidas adoptadas como el cierre del Parque Nacional Torres del Paine (principal atractivo turístico de la zona) cierre de restaurantes, de establecimientos vinculados a la atención de visitantes y las restricciones para el comercio en general, con el fin de evitar aglomeraciones.
Para algunos, lo anterior se tradujo en la práctica en el cierre inmediato de sus locales, mientras otros permanecieron a la espera que la situación se supere.
Comerciantes afectados
La propietaria de la “Casa del Plástico”, ubicada en Baquedano Nº 689, María Gracia González Dubrasic, manifestó que la llegada del coronavirus “ha sido una catástrofe, lo ideal sería contar con el apoyo del gobierno. En mi caso he sufrido una notoria y fuerte caída de clientes. La baja ha sido considerable. Ahora se viene la parte más complicada que es el invierno, pero hay que seguir luchando para salir adelante”. Su local lo administra desde hace siete años a la fecha.
Por su parte, Daniela Quezada, propietaria de la “Casa de los Autoctonitos”, ubicada en calle Blanco Encalada Nº266, debió cerrar sus puertas en marzo último. Ello, porque con el cierre anticipado de la temporada turística no pudo continuar vendiendo sus artesanías. Expresó que “tuvimos que cerrar la tienda el 17 de marzo. Vemos el futuro complicado. En este momento no estoy percibiendo ingresos. Nuestros clientes son especialmente los turistas”, Durante este tiempo ha tenido que subsistir gracias a sus ahorros que tenían otro destino, mientras trabaja en la búsqueda de nuevos mercados, creando una nueva línea de productos. Con respecto a los apoyos anunciados desde el Estado, dijo que en su caso no sirven porque se refieren a la postergación de pagos que, finalmente, no habrá cómo cancelar.
Rosa Gómez, propietaria de dos pequeños locales, el bazar “El Gaucho” y el café al paso “El Gauchito”, ubicados en calle Bulnes entre Baquedano y Ramírez, se vio obligada en marzo a cerrar ambos establecimientos. Dijo que “todavía tenemos cerrado y hemos seguido pagando arriendos y consumos básicos. Nosotros vivimos de esto y no tenemos otras entradas. Estoy pensando en abrir pero es complicado porque no anda gente por las calles, entonces ¿qué vamos a vender?”.
Dijo que hasta el momento desconocen si existirá una ayuda de parte del gobierno. “Nosotros no sabemos qué vamos a hacer, aparte que por mi edad no podríamos incursionar en otro ámbito y no tenemos acceso a la tecnología que les permite a otros vender por internet”, acotó.
Barrio comercial
El vicepresidente de la agrupación “Barrio Comercial Natalis”, Andrés Gader, dijo que lo más afectado por la actual situación ha sido el comercio detallista.
La agrupación representa a 45 establecimientos gastronómicos, tiendas, alojamientos, ferreterías, florerías, entre otras que se ubican en calle Baquedano, entre Yungay y Bulnes, y entre Blanco Encalada con Ramírez.
Gader manifestó que no había sido una buena temporada desde octubre del año pasado, pero que “obviamente que el Covid terminó con las esperanzas que uno tenía porque hay que sobrevivir en el invierno, se pone duro, en especial para el comercio más pequeño, el comercio detallista”.
A lo anterior, se sumó el cierre de los pasos fronterizos y con ello la conectividad con las localidades argentinas vecinas de la Cuenca Carbonífera y la cuarentena que se aplicó en Punta Arenas.
Sobre lo ocurrido a partir de marzo, Gader dijo que “fue terrible porque hubo que cerrar de un día para el otro. No se podía viajar para hacer las compras para abastecerse con los productos de invierno porque muchos tienen venta de ropa. Entonces fue complejo, uno tiene costos fijos asociados como los alquileres y los establecimientos más grandes sus empleados. Fue un enorme golpe que recibimos de un día para el otro, algunos han tenido que entregar locales, nadie sabe qué va a pasar a futuro por lo que hay una incertidumbre muy grande”.
Día de la Madre
Desde hace una semana y media a la fecha se ha producido un cambio en el comportamiento de la población. Se han comenzado a abrir algunos locales comerciales, muchos de ellos obligados con el fin de tener dinero para cubrir sus costos básicos. Al respecto, Gader aclaró que “nadie está hablando de ganancias hoy en día solamente se trata de sobrevivir”.
Con motivo de la llegada de la celebración del Día de la Madre muchos comerciantes abrieron sus puertas, mientras se espera la ayuda del gobierno de aquí en adelante.
Sobre este último punto, el dirigente expresó que “hasta el momento, desde el gobierno, nos han llegado noticias muy lindas, muy alentadoras, pero en la práctica no ha ocurrido nada real ni concreto”.