Simón David Cisternas Carrasco, un niño de actuales 12 años que ha sido parte del Centro de Rehabilitación desde su nacimiento, se ha convertido en un referente de esfuerzo, constancia y carisma. Hoy, él y su familia, conformada por su madre Carolina Carrasco Carrasco y su padre Manuel Alejandro Cisternas Williams, viven con orgullo el hecho de que Simón haya sido seleccionado como embajador de las Jornadas por la Rehabilitación en Punta Arenas, siendo uno de los rostros de la cruzada solidaria.
Desde su nacimiento, Simón recibe terapias en el Centro de Rehabilitación del Club de Leones Cruz del Sur, donde ha sido acompañado por su familia en cada paso. Su padre, Manuel, recuerda cómo presentían que su hijo, en algún momento, tendría un papel destacado en la campaña: “Carolina siempre tuvo ese instinto de mamá. Llegó al centro por su nacimiento prematuro, con dependencia de oxígeno, y desde entonces ha sido parte de su desarrollo”.
Simón, diagnosticado con parálisis cerebral, ha enfrentado retos en su desarrollo motor, pero el apoyo del Centro y las terapias han sido fundamentales para que sea el joven que es en la actualidad, y es que con doce años se ha ganado el cariño de quienes lo conocen. Estos atributos llevaron a que se sugiriera su nombre como embajador de las Jornadas, una campaña crucial para recaudar fondos destinados al funcionamiento del centro.
Ser embajador no es tarea sencilla. Carolina explicó a Simón los compromisos que implica esta responsabilidad: “Le dije que, si tomaba esto, vendrían entrevistas y eventos, que debía gustarle y estar dispuesto a hacerlo”. Pero Simón, siempre decidido y entusiasta, aceptó el desafío, apoyado por sus padres en cada paso.
El Centro de Rehabilitación ha sido un pilar en la vida de la familia Cisternas Carrasco. Carolina destaca la importancia de las ayudas técnicas, las terapias y los profesionales que han acompañado a Simón a lo largo de su vida. “En el Centro le han entregado todo el apoyo que se ha entregado en torno a las ayudas técnicas, las órtesis, las terapias, el apoyo también ha sido fundamental para el proceso del Simón en todo. Tuvo terapias que no todos pueden acceder, por ejemplo, vojta (método de fisioterapia). Entonces, él ha tenido la suerte de poder acceder a eso”.
Manuel, por su parte, rememora los cambios que han presenciado a lo largo de los años: “Hemos visto cómo el Centro ha crecido y se ha transformado. Desde los primeros días en población Las Naciones hasta el nuevo edificio, nos sentimos parte de ese crecimiento”. Para la familia, el Centro de Rehabilitación no sólo es un lugar de tratamiento, sino una segunda casa, un espacio de apoyo y crecimiento integral.
Escuela Villa Las Nieves
Uno de los retos más grandes ha sido combinar la educación regular de Simón con las terapias necesarias para su rehabilitación. Gracias a la cercanía de su escuela, Villa Las Nieves, y al Plan de Integración Escolar (Pie), Simón ha podido asistir tanto a sus clases como a sus terapias sin mayores inconvenientes. Sin embargo, la preocupación de sus padres se enfoca ahora en el futuro, ya que pronto tendrán que buscar una nueva escuela, con enseñanza media, que cuente con el programa de integración adecuado para él.
“Nosotros estamos contentos con el colegio, no lo cambiaríamos, pero como que nos obligan en cierta manera a cambiarlo porque no tienen enseñanza media. Es un tema, porque cuando Simón postula, no tiene la gama de todos los colegios, porque no todos tienen el programa de integración escolar, entonces se restringe la oferta, y teniendo el programa Pie no todos los colegios son especialistas, o están preparados para todas las discapacidades. Estamos felices en la Escuela Villa Las Nieves. Lo dejaría ahí nomás y con la cercanía que tiene en el Centro de Rehabilitación, mejor todavía”.
Las Jornadas
Simón y su familia han participado activamente en varias actividades previas a las Jornadas, del 16 de noviembre próximo, y aunque saben que la carga de eventos aumentará a medida que se acerque la fecha, están comprometidos con la causa. “Ser embajador es hacer visible lo invisible, es darle un rostro a la discapacidad y mostrar la importancia de estas iniciativas”, afirma Manuel. Para ellos, el Centro de Rehabilitación no sólo ha sido un espacio de terapia, sino también una red de apoyo que les ha permitido afrontar los desafíos de la discapacidad con esperanza y determinación.
El llamado de la familia es claro: contribuir para que el centro pueda seguir brindando los servicios que tantas familias, como la de Simón, necesitan. “Este centro no tiene nada que envidiarle a otros en infraestructura y profesionalismo, pero para que se mantenga, necesitamos el apoyo de toda la comunidad”, concluyen con gratitud y esperanza.