Como en Navidad o en los primeros días del estallido (en octubre). Así comparaban ayer la verdadera psicosis vivida a partir del pasado fin de semana en Punta Arenas como efecto colateral del coronavirus y que volcó a buena parte de los magallánicos a las distribuidoras y supermercados.
Este lunes no fue la excepción. El recorrido permitió conocer que tanta demanda tiene que ver con el temor al desabastecimiento, hipótesis asociada al cierre de las fronteras (hasta ahora sólo para personas) y, por lo mismo, a la posibilidad de un alza desmedida en los precios.
En el local de Rofil, en la avenida principal de Zona Franca, la demanda era visible con decenas de personas cargando, en sus vehículos sacos de harina. “No se había visto algo así desde los primeros días del estallido social en octubre”, señalaba uno de los trabajadores.
A pocos metros la pandemia desbordaba de público la Central de Carnes. Pollos, bebidas y artículos de aseo eran la “prima donna” a la hora de comprar, un “ejercicio” para el cual había que armarse de paciencia debido a las largas filas que -de acuerdo a los trabajadores- sólo podían compararse con lo vivido antes de Navidad.
Su gerente general, Francisco Cresp, señaló que “el desafío es grande y queremos dar respuesta a las necesidades que plantea la comunidad estos días, y dar tranquilidad respecto de los productos de primera necesidad que mantenemos en nuestras bodegas. Tenemos inventarios suficientes para enfrentar esta emergencia, esa ha sido siempre nuestra política. Hoy lo más importante es cumplir con las indicaciones de la autoridad y prevenir”.
En Abu Gosch la concurrencia de los consumidores ya no era tanta, “comparada con lo que nos tocó vivir este fin de semana. Fueron miles las personas que pasaron por acá”, señaló uno de los administrativos del establecimiento.
La situación no era tan distinta en Corcoran y Super G Market. Su gerente general Ricardo Rivero llamó a la calma, manifestando que “mantenemos en nuestro sistema de almacenaje alimentos no perecibles suficientes para un promedio de 3 a 4 meses de consumo. Harina, arroz, aceite, fideos, salsas, azúcar, entre otros alimentos básicos. Lo más importante es acudir ordenadamente a los lugares de venta, para además dar cumplimiento a las recomendaciones de la autoridad sanitaria respecto de las aglomeraciones de público, y el distanciamiento entre personas”.
En el mall
Por su parte, antes del mediodía el Lider registraba una importante afluencia de público, pero no tan significativa como el pasado fin de semana, donde se estimó en más de 22 mil personas las que pasaron por caja.
En el mismo mall Espacio Urbano Pionero llamó la atención el cierre de una de sus farmacias y la demanda, visible por una larga fila, en Latam Airlines. Esta última asociada a consultas por pasajes y a cambio de fechas.
